En los últimos años en el colegio Rosa-Bell, los precios de la cafetería han ido aumentando poco a poco cada año. Este año la comida del día te puede salir en $5.50, esto incluye la comida principal y una botella de agua o una lata de refresco. El año pasado esa misma oferta costaba $5.00. Aunque no parezca mucho el aumento de 0.50 centavos por día, eso se acumula semanalmente a 2.50 dólares más semanalmente. También usualmente las que te sirven la comida te cuentan lo que te sirven para que no te den más comida. Esta noticia me atrajo más la atención cuando vi que a los niños de escuela elemental les echan menos comida por exactamente el mismo precio que a los de escuela superior. Otra anécdota de la cafetería es que unos de los días estaban sirviendo tostones y el precio de cada tostón estaba a un $1. Situaciones así son muy comunes en la cafetería, ellos tienden a vender todo más caro. Nunca he encontrado un artículo más barato en la cafetería ni tampoco me he sentido satisfecho con alguna compra. La cafetería se aprovecha grandemente del monopolio que tiene ya que es la única opción de comer en la escuela entera. En algunos años ha habido boycotts a la comida de la cafetería con intención de que bajen los precios, pero ninguno ha triunfado. Yo estaría dispuesto a organizar un boycott de la cafetería por el resto del año ya que una clase que no compre en la cafetería diariamente solo son pérdidas para la cafetería. Yo honestamente me sentiría mejor gastando mi dinero en otras alternativas que a las que ofrece la cafetería como traer comida de afuera. Solo nos quedan unos meses en la escuela graduanda y antes de irme me gustaría ver que la clase puede dejar un tipo de acto por la cual sea reconocida por los años que siguen.
Por Jorge Marín para Se Rompió el Cristal
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